dimarts, 30 de setembre del 2014

PÁJAROS

CONTANDO LAS SEMANAS CON HISTORIAS (LA 40 DE 52)

En aquel momento, ya teníamos los tres hijos de 4, 2 años y 15 dias la bejamina. Una vecina vino a conocer a la niña  y le trajo un regalo muy especial: un  jilguero dentro de
una jaula blanca, que hizo mucha ilusión a los dos mayores, pero que dejó indeferente a la pequeña , y  que a mi me disgustó. Quiero a los pájaros y a todos los animalillos en general. Pero en aquel momento que estaba a tope de fanea  con los tres chiquillos, y lavando gassas  y preparando biberones, a todas horas... solo me faltaba ocuparme del pájaro.
Y éste como si adivinara mi enojo, cantaba y cantaba sin cesar. Cuanta mas algarabia  hacian los niños, el cantaba  más fuerte. Solo paraba en la hora de la siesta y a la noche.
Se habia adaptado perfectamente al horario de la família.
Un buén dia, por la mañana abro la jaula par dejarle su comida, y me lo encuentro patas arriba, completamente seco. Nunca supimos que el ocurrió. Los dos hijos mayores, les costó una llorera de Padre y muy Señor mio y tuve que decir alguna mentirijilla, y dejar al jaula abierta en el balcón con comida por si venia oro pájaro.
A los pocos dias, mis hijos mayores empezaron a ir a la guarderia. y la casa recupereó la tranquilidad y el silencio, y cuando estaba sola con la pequeña dumiendo o nó, solo hacia que pensar en el jilguero. Ya me habia acostumbrado a sus cantos,  y gorgojeos, hasta yó misma lloré por su ausencia.

24 comentaris:

Tracy ha dit...

Te entiendo, fue un regalo inoportuno en esos días porque los animales necesitan mucho cuidado.

Sindel Avefénix ha dit...

A veces esos regalos llegan en momentos inadecuados, cuando estamos sobrepasados, pero cuando todo se acomoda y nos falta eso notamos que era una linda compañia.
Un beso!

CARMEN ANDÚJAR ha dit...

Si es que al final se les coge cariño. Dan faena; pero la costumbre de verlo allí, te hizo encariñarte con él.
Un abrazo

Gaby* ha dit...

Hace años, cuando entraba en mi adolescencia, un canario amarillo y negro, se metió a mi casa y luego, solito, entró a una jaula que dejé abierta por si se le antojaba entrar (tampoco podía andar revoloteando todo el tiempo sobre nuestras cabezas, y se negaba rotundamente, a escapar por la ventana). Fue uno de mis compañeros más bellos, siempre llenando el aire con su canto. Lo tuve varios años, hasta que finalmente lo encontré un día, así, como tu dices. Cuando leí el final de tu relato, me llené de esa tristeza que la ausencia deja. Es imposible no aprender a amarlos. Bella historia a pesar de su triste, pero inevitable final.
Mil besos al vuelo!
Gaby*

mariajesusparadela ha dit...

También a mi me gustan los animales, pero , libres.
Antes mucha gente tenía canarios y jilgueros enjaulados.
Todos los animales hacen muchísima compañía.

Leonor ha dit...

Al final te acostumbraste al pajarillo y lloraste su pérdida.

Muy tierna historia.

Besos

Ilesin ha dit...

Muchas veces lo inesperado acaba siendo parte de nosotros y en su ausencia sentimos el vacio.
Besos.

Neogeminis Mónica Frau ha dit...

Hasta con los pájaros uno se encariña!
=)

Pakiba ha dit...

Yo he tenido varios canarios que con sus trinos llenaban la casa de alegria, y como a todos los animalitos se le coje mucho cariño.

Montserrat Sala ha dit...

TRacy: el pajarito lo único que hizo mal es presentarse a deshora. Y aúnasí no fué suya la culpa.
Gracias y un beso.

fany sinrimas ha dit...

Precioso relato, Montserrat. Hay ternura en esas lágrimas que al fin se te escaparon, añorando aquel canto del jilguero. Y es que un pájaro también es compañía.

Un abrazo.

Montserrat Sala ha dit...

Sindel: esto es lo que me ocurrió a mí.Que llegó en un momento inoportuno
Pobrecito!!!
Un abrazo y muchas gracias

Montserrat Sala ha dit...

Carmen: desde luego que se les coge mucho cariño. Nunca me quejé de la faena.Gracias por entrar y dejarme tu sentir.Besos.

Montserrat Sala ha dit...

Cierto GABY*-. Se les quiere aun sin proponérselo. Veo que te pasó lo mismo que a mí.Gracias amiga por contármelo. Te mando unos trinos mañaneros de cuaquier pajarito libre y un beso.

Ester ha dit...

Que fácil es tomar cariño a los animales, aunque no nos guste tenerlos en casa. Entiendo lo que cuentas porque a mi hija su novio le regaló uno y cuando se casaron se lo llevó. Abrazos

Montserrat Sala ha dit...

ES verdad, Mariajesús. a veces te encariñas hasta demasiado con ellos.
gracais por comentar y te envio un beso.

Montserrat Sala ha dit...

leonor, si que lloré sí. Menudo disgusto tuvimos todos. GRacais por comprenderme.
Un abrazo.

Montserrat Sala ha dit...

leonor, si que lloré sí. Menudo disgusto tuvimos todos. GRacais por comprenderme.
Un abrazo.

Montserrat Sala ha dit...

Bonitas y certeras palabras las tuyas Illesin.
Gracias por venir y comentar,
Un saludo muy cordial y afectuoso.

Montserrat Sala ha dit...

Neogéminis: y porqué no? los pájaros son seres pequeños y débiles que necesitan de nuestra proteccion.

Gracias por tu comentario. Un beso.

Montserrat Sala ha dit...

Pakiba: Si has tenido pajarillos, ya sabes de que hablo. y seguro que me comprendes muy bién. Gracias por hacerte cómplice, y recebe un abrazo

Montserrat Sala ha dit...

Fanny Sinrima. no sé si es ternura, pero, han pasado muchos, y aún no lo he podido olvidar.
Muchas graacias por comentar y recibe
todo mi cariño.

Montserrat Sala ha dit...

No, no cuesta nada cogerles cariño a estos seres indefensos que te alegran al vida.No seria justo. Recibe mi agradecimento por tu visita. Un besico.

Anònim ha dit...

Menuda carga, Montserrat. Tres niños pequeños y además un jilguero. Demasiado trabajo. Te diré que no me gusta ver a los pájaros enjaulados, bueno, ni a los pájaros ni a ningún animal nacido libre. Tengo la seguridad, eso sí, de que se les coge cariño y que a pesar de la carga que para tí supuso, lo cuidaste con el mayor de los mimos. Tal vez no pudo aguantar la cautividad.
Un fuerte abrazo.